Naturblog
Información nutricional, recetas y consejos Naturhouse para mejorar tu alimentación y tener un estilo de vida saludable.

Claves para una alimentación sostenible

Claves para una alimentación sostenible

El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, publicado recientemente, ha puesto especial atención al problema de la sostenibilidad.


La industria de la alimentación juega un papel muy importante en esta crisis, porque afecta a la sostenibilidad del planeta desde los tres ángulos que la configuran:


  • La sostenibilidad ambiental, ya que la industria alimentaria produce entre el 20% y el 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero totales que se expulsan a la atmósfera, utiliza un 48% de los recursos naturales totales del planeta y 78% del agua dulce consumida. Estas cifras la convierten en una de las industrias más contaminantes y devastadoras para el entorno natural.


  • La sostenibilidad social, ya que se prevé que en 2050 la población mundial aumente en más de 2.000 millones de personas, en un contexto en que los recursos se están agotando y millones de personas sufren malnutrición por no poder acceder a una dieta saludable.


  • La sostenibilidad económica, ya que el sector rural, responsable de la producción de alimentos, es el más empobrecido y con la relación productor-distribuidor más desigual.


Nosotros, como consumidores, con nuestras elecciones de compra y consumo, tenemos la capacidad de contribuir a la sostenibilidad del planeta y a corregir los desequilibrios que provoca la industria alimentaria.


La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista de consejos para ayudarnos a que las decisiones que hacemos cuando llenamos el carrito de la compra sean las más sostenibles y, curiosamente, en su mayoría coinciden con los consejos de los nutricionistas de Naturhouse para una dieta saludable. 


  1. Evitar el desperdicio alimentario

Según datos de la FAO, un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se tiran o se desperdician. Esto supone que se malgasten una gran cantidad de recursos naturales (los que se usaron para producir ese alimento que nadie consumió) y también que se genera basura que producirá más contaminación.

 

  1. Reducir la ingesta de alimentos de origen animal

Esta medida no solo es beneficiosa para la sostenibilidad del planeta sino, como ya te contamos en nuestro artículo sobre la pirámide la alimentación, también para tu salud. La industria cárnica, especialmente la vacuna, es de las más contaminantes que existen y, además, la carne roja y la procesada se relacionan con la aparición de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

 

No se trata de no volver a comer carne nunca más, sino de disminuir nuestro consumo, que actualmente es excesivo. Se recomienda un máximo de dos raciones de carne blanca por semana (pollo, pavo, gallina o conejo) o una ración si se trata de carne roja (cerdo, ternera, buey, cordero, pato, caballo, toro y carne de caza).

 

  1. Comer carne de más calidad

Asegúrate de que la carne que comes es respetuosa con el medio ambiente y con los animales. Si consumes carne procedente de ganadería extensiva de pasto (el pastoreo tradicional) además de ser más sostenible, ayudarás a las poblaciones rurales y a la prevención de incendios y ganarás en sabor y salud.

 

  1. Elegir productos producidos de forma agroecológica

Puede ser aquellos que lleven una etiqueta que lo certifique o aquellos de los que conozcan su origen y su forma de producción, es decir, que usen menos pesticidas, que favorezcan la rotación de cultivos y el uso de semillas no transgénicas. Para ello, te recomendamos que investigues sobre grupos o asociaciones de consumo autogestionado por tu zona. Estas asociaciones se gestionan como “supermercados” sin intermediarios, que compran directamente a los agricultores y ganaderos, asegurándose así que los precios que reciben son justos y que el producto ha sido tratado de forma ecológica.

 

  1. Consumir productos de cercanía

Cuanto menos haya viajado el alimento, menos impacto ambiental generará y mejor conservará sus nutrientes y su sabor.

 

  1. Consumir productos de temporada

Desconfía de esas fresas que encuentras en el supermercado en diciembre. O bien han sido recolectadas antes de tiempo y han madurado durante un largo viaje hasta otro continente, o bien han crecido en un ambiente artificial gastando muchísimos recursos. En cualquier caso, el producto que llegará a tu mesa será más caro, menos nutritivo, menos sabroso y menos respetuoso con el medio ambiente.

 

  1. Evitar los alimentos transportados por avión

Esta es la única forma de transportar las frutas tropicales, por ejemplo, y cualquier producto procedente de otro continente y es el tipo de transporte más contaminante que existe.

 

  1. Preferir producto a granel

Seguro que alguna vez has sido testigo en tu supermercado de alimentos envueltos en envases absurdos e inservibles: dos plátanos en una bandeja envuelta en plástico, bolsas de plástico que contienen cajas de plástico con bombones envueltos en más plástico,... Todo esos son residuos altamente contaminantes que podrían haberse evitado. 

Evita comprar productos que vengan en envases de plástico siempre que te sea posible y reutiliza los de cristal para guardar todo lo que compres a granel.

 

  1. Apostar por el comercio justo

Cuando no hay posibilidad de echar mano de productos locales porque no los encontramos en nuestra región, el comercio justo es una forma de asegurarnos que su origen sea sostenible y justo. Hay muchas marcas de productos como el café, el té, el chocolate o la quinoa, típicos de zonas en vías de desarrollo, que están basadas en el comercio justo y que puedes encontrar en tu supermercado.

 

  1. Comprar menos productos procesados y priorizar productos frescos

Si hay algo que los expertos de Naturhouse no se cansan de repetir es que los alimentos procesados son los peores compañeros de una dieta saludable. Además de que suelen ocultar grasas saturadas y trans, harinas refinadas, grandes cantidades de azúcar y otros “anti-nutrientes”, con los productos procesados perdemos la información sobre el origen de los alimentos y sobre si su producción ha sido sostenible.  

 

Como ves, sostenibilidad y salud van casi siempre de la mano, ¿necesitas más motivos para seguir estos consejos?