¿Qué es el ginseng y para qué sirve?
La mitología sobre la Asia antigua siempre ha estado rodeada de misticismo y una milenaria conexión con la naturaleza. En muchas películas y libros aparecen remedios curativos que provienen “del lejano Oriente” y que tienen la capacidad de curar enfermedades muy comunes que hasta el momento no tenían solución. De todas esas plantas, unas de las más conocidas es el ginseng. En concreto, el Panax Ginseng.
La planta fue descubierta hace miles de años en el noroeste asiático, donde se cultiva bajo unas condiciones y técnicas muy concretas: en el subsuelo, donde encuentra un terreno ácido y liviano. Se recoge siete años después de su plantación, entre junio y julio, cuando sus frutos están de color rojo. Pero lo que se utiliza es su raíz. De ella se obtienen las dos variedades más conocidas: el ginseng rojo y blanco.
Las propiedades que han popularizado la planta son antioxidantes, metabólicas, inmunomoduladoras y las que sirven como tónicos generales. Sin embargo, hoy en día puede ser contraproducente si se mezcla con la ingesta de fármacos y tampoco es algo que deba tomarse todos los días; mejor en momentos puntuales en las cantidades que dicte un profesional. Y ya sean cápsulas, pastillas o las raíces, se recomienda comprarla en farmacias, ya que es un producto que tiende a falsificarse.
Estos son sus beneficios:
A tope de power
El ginseng ha sido durante miles de años un tónico natural. Tiene propiedades estimulantes que ayudan a mejorar el rendimiento físico e intelectual, así como a reducir la fatiga y la desconcentración. Y a su vez favorece la recuperación tras cualquier actividad física o mental.
Puede ayudar a combatir el cáncer
Varios estudios han demostrado que la planta reduce los riesgos de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, hígado, páncreas, estómago y ovarios. Estos estudios demostraron que las personas que ingerían ginseng conseguían ralentizar el avance de los tumores.
Mejor calidad de vida para los mayores
Las propiedades inmunomoduladoras de la planta hacen que las funciones del organismo de las personas mayores se fortalezcan, así como su sistema circulatorio y cerebro. Eso se une a lo mencionado anteriormente: sus propiedades estimulantes mejoran el rendimiento físico e intelectual.
Dalo todo, cerebro
Hay estudios que han probado que el ginseng tiene un efecto nootrópico que ayuda al cerebro a desempeñarse mejor con la memoria visual y cuando sufrimos ansiedad. Gracias a ello el pensamiento abstracto sale fortalecido y estamos más rápidos ante los estímulos. Además, ayuda a reducir el avance de enfermedades degenerativas como el alzheimer.
¿Problemas de disfunción eréctil?
Este es uno de los motivos principales por los que la planta se hizo famosa en todo el mundo, más allá de otros de sus beneficios médicos: ayuda a combatir la disfunción eréctil. Esto es porque aumenta el óxido nítrico, que hace que mejore la circulación sanguínea y los músculos se relajen.
Stop diabetes
Hay estudios que se han centrado en si el ginseng puede combatir las disfunciones metabólicas causadas por la diabetes, y la respuesta es que sí. En concreto, al inicio de la misma gracias a que mejora la sensibilidad a la insulina.