4 diferencias clave entre la menta y la hierbabuena
La menta y la hierbabuena son dos plantas aromáticas muy usadas en la cocina y en perfumería que, a simple vista, pueden ser difíciles de diferenciar. Esto se debe a que ambas pertenecen al mismo género botánico, Mentha, perteneciente a la familia de las lamiáceas.
En realidad la hierba a la que habitualmente llamamos menta a secas se llama menta piperita y es el resultado de hibridar la hierbabuena con la menta acuática. Este cruce se produce de forma natural en las zonas templadas del norte de Europa, pero desde el siglo XVII se cultiva artificialmente en todo el mundo.
Es decir, que la menta y la hierbabuena son dos especies de plantas pertenecientes a un mismo género que también se llama menta y, a su vez, la especie menta procede de la especie hierbabuena, con lo cual no una no podría existir sin la otra.
Formas de diferenciar la menta y la hierbabuena
Hay cuatro diferencias fundamentales entre estas dos especies de hierbas aromáticas que nos ayudarán a distinguirlas fácilmente.
Tamaño
Las hojas de la menta son ligeramente más grandes que las de la hierbabuena y, además, sus troncos son bastante más gruesos, pudiendo llegar a tener el aspecto y color amarrado de un palo.
Textura de las hojas
Las hojas de la hierbabuena son más finas y delicadas, con hendiduras más pronunciadas.
Sabor
Ambas tienen un sabor mentolado pero el de la menta es mucho más intenso debido a que contiene mayor cantidad de mentol. Esto hace que la menta se use mucho más para infusiones (como el clásico té moruno), licores, dulces o caramelos en los que su aroma predomina por encima de todos los demás, y también para elaborar productos de higiene y perfumería como pasta de dientes, lociones de afeitar o perfumes. En cambio, la hierbabuena tiene más usos en la cocina tradicional como complemento en platos de caza o para aderezar ensaladas, caldos o guisos, como el puchero andaluz.
Propiedades para la salud
Es también este aporte extra de mentol lo que convierte a la menta en una hierba ligeramente más beneficiosa para la salud que la hierbabuena, porque tiene más propiedades antiinflamatorias. Aunque lo cierto es que ambas son muy saludables, ya que contienen vitamina A, fibra, magnesio, hierro y folato.
Entre las propiedades en las que coinciden están la de mejorar la digestión y prevenir cólicos y otros problemas digestivos. Tanto la menta como la hierbabuena ayudan a expulsar gases acumulados, actúan sobre la vesícula biliar activando la producción de bilis, disminuyen la hinchazón abdominal, las náuseas y otras molestias de estómago.
También tienen propiedades antitusivas y expectorantes, por lo que se recomienda su consumo en caso de resfriados, congestión nasal y otros problemas respiratorios. Además, ambas hierbas sirven como analgésico y antibacteriano natural, por lo que, usado como ungüento (puedes hacerlo infusionándolas en aceite de oliva) sobre heridas o quemaduras, protegen la zona de infecciones y alivian el dolor promoviendo el flujo de sangre a la zona afectada.
Por último, ambas tienen un efecto estimulante que, aunque no es tan potente como el de la cafeína, sí que puede ser como revitalizante para mejorar nuestro estado de ánimo y coger energías.
Contraindicaciones de la menta y la hierbabuena
Debido a la acción estimulante que tiene el mentol, presente en ambas hierbas aromáticas, tenemos que tener cuidado de no consumirlas por la noche si tenemos problemas para conciliar el sueño. o insomnio.
Por otro lado, no se recomienda ninguna de las dos si se sufre de úlcera digestiva, hernia de hiato o acidez estomacal recurrente. Además, aunque no está comprobado, debido a que se sospecha que puede ser abortiva, se debe evitar su uso en el embarazo.