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Tipos de harinas para celiacos

Tipos de harinas para celiacos

¿Eres intolerante o alérgico al gluten pero te encanta el pan y los productos horneados? No te preocupes porque existen montones de harinas alternativas para ti. En este artículo te enseñaremos que hay vida más allá de las secciones “sin gluten” del súper, donde todo es bastante caro y altamente procesado,... ¡una vida mucho más sana y económica!

El gluten es una proteína presente en los granos del trigo, la cebada, el centeno, el triticale y algunos tipos de avena. Hay personas no son capaces de digerir esta proteína por completo y su sistema inmunológico la identifica como un cuerpo tóxico al que atacar, como si fuera un virus o una bacteria. Este ataque del propio cuerpo es el que desencadena tanto la enfermedad celíaca –muy grave si no se controla–, como la alergia al gluten o la sensibilidad al gluten no celíaca.

Algunas personas sin estos problemas de salud también deciden eliminar el gluten de su dieta con la esperanza de solucionar otros problemas gástricos o perder peso, pero lo cierto es que no existe evidencia científica que apoye la idea de que eliminar el gluten de la dieta de una persona sana sea beneficioso o le ayude a adelgazar. 

Un gran problema a la hora de eliminar el gluten de las dietas es que hay muchas elaboraciones en la cocina que necesitan de harinas para prepararse: el pan, los postres, muchas salsas, empanados,... A continuación te indicamos algunas de las mejores harinas sin gluten y de qué manera usarlas para que no tengas que renunciar a tus platos favoritos aunque seas celiaco:

  • Harina de arroz: es de las que se usa más comúnmente porque no deja sabor y como contiene almidón sirve para espesar salsas. En “seco” queda crujiente, así que para rebozados es ideal pero para bizcochos y panes mejor mezclarla con otras harinas para que la mezcla quede más jugosa.


  • Harina de castaña: para mezclarla con la de arroz en pasteles o panes queda ideal porque da un aroma muy rico y densidad a la mezcla. Es baja en calorías y rica en potasio, por lo que previene la hipertensión. La parte mala: es de las más caras.

  • Harina de maíz: también es una buena opción para la repostería porque aunque no aporta aroma, sí que da dulzor y melosidad.


  • Maicena: es el almidón de la harina de maíz. Sirve para dar esponjosidad (hacer “subir” bizcochos y panes) pero es muy calórica, así que mézclala con otras harinas.


  • Harina de quinoa: tiene un sabor muy fuerte así que úsala solamente como complemento a otro tipo de harina para elaboraciones saladas, como panes o para espesar salsas que ya tengan mucho sabor. Ten en cuenta que media taza de harina de quinoa equivale a una taza de harina de trigo. La quinoa es rica en proteínas y ácidos grasos omega 3 y omega 6.


  • Harina de almendra: la opción favorita de los que quieren reducir su consumo de carbohidratos y aumentar el de proteínas. Es pesada, así que úsala para hacer galletas, bases de pizza o elaboraciones que no pidan esponjosidad. Para que te hagas una idea de su textura, es la harina con la que se elaboran los macarons y los mazapanes.


  • Harina de trigo sarraceno: a pesar de su nombre, el trigo sarraceno no es trigo y ni siquiera es un cereal. Se trata del fruto de una planta, el alforfón, que da una textura muy consistente para las masas y un sabor salado. Es ideal para hacer crepes y, de hecho, es el tipo de harina con la que se hacen las típicas crepes bretonas.


  • Harina de altramuz: el altramuz es uno de los vegetales con más proteínas que existen y además es muy bajo en calorías, así que apúntate esta harina si estás intentando bajar de peso. 


  • Harina de Teff: tiene sabor a nuez y deja una textura espesa. Es otra de las harinas ricas en proteínas y aminoácidos.


  • Harina de amaranto: con sabor a nuez tostada, un poco dulce. Se puede usar para hacer pasta, galletas y pan, aunque necesita que se mezcle con otras harinas para que levante.


  • Harina de garbanzo: es ideal para los rebozados, tiene una textura tan densa que ni siquiera necesitarás huevo. Además es rica en vitaminas A, C y E.


  • Harina de lenteja: es la más fácil de digerir. Muy rica en hierro, fibra y proteínas. Deja un ligero sabor dulce que complementa muy bien con la repostería y también para espesar salsas blancas.


¡No será por opciones! ¿Cuál vas a probar primero?