Deshidratación en Verano: Síntomas y consejos para evitarla.
Hoy os queremos hablar sobre la importancia de la hidratación en verano y de cómo podemos ayudar a prevenir la deshidratación, sobre todo en momentos como éstos, una ola de calor de verano.
¿Qué es la hidratación y el balance hídrico?
El organismo necesita un equilibrio de líquidos para alcanzar y mantener un buen estado de salud y bienestar, que se denomina balance hídrico. Este equilibrio en el cuerpo se logra equiparando lo que bebemos con la pérdida de líquidos.
Aunque es de suma importancia el mantenimiento de niveles de agua en el organismo, la verdad es que no existe un mecanismo 100% eficiente de almacenamiento de agua en el cuerpo y por eso es tan importante el aporte de líquidos a través de fuentes externas. Con estas "fuentes" nos referimos a aquellas que provienen principalmente del consumo de líquidos (aproximadamente un 80% del total) y el consumo de alimentos hidratados o ricos en agua (el 20% restante).
¿Cambia cúanto agua necesita nuestro cuerpo dependiendo de nuestra edad?
Sí. Las necesidades diarias de agua aumentan con la edad: desde el nacimiento, a lo largo de la infancia, hasta los adultos, donde las necesidades diarias son alrededor de 2,5 litros en situaciones de actividad normal (y aumentan a 3,2 litros con actividad física moderada).
¿Cómo es la hidratación en verano?
En situaciones donde hay aumentos de la temperatura, como en el verano, donde además hay un aumento en la actividad física debido a las escapadas y excursiones, los paseos en la playa, o esos largos en la piscina que tanto nos gustan y tan buenos son para nuestro cuerpo, pueden aumentar en gran medida las necesidades de agua que tiene nuestro cuerpo. Por ello, no mantener el equilibrio de entrada y salida de agua puede poner en peligro nuestra salud y de ahí la importancia de tomar suficientes líquidos siempre, pero añadir un extra en los meses más calurosos del año.
¿Qué ocurre con la deshidratación y cuáles son sus síntomas?
Cuando perdemos más líquidos de lo que ingerimos y el cuerpo no cuenta con suficiente agua para llevar a cabo las funciones normales, empieza el proceso que conocemos como deshidratación.
Podemos notar que nos falta agua cuando tenemos como síntomas una sed excesiva, cuando orinamos menos frecuente (y/o más oscuro de lo normal), cuando sentimos fatiga e incluso, en estados más severos, cuando nos sentimos además desorientados y con confusión. Por ello, es importante que nos hidratemos en verano a pesar de no tener sed, ya que muchas vecess, en especial los adultos mayores y los niños, pueden no presentar sed hasta que están deshidratados.
¿Cómo evitamos la deshidratación?
Para evitar la deshidratación: Se recomienda beber agua natural potable, zumos de frutas y agua de coco o suero oral. Este último se puede hacer en casa mezclando en una jarra 1 litro de agua potable, 2 cucharadas soperas de azúcar, ½ cucharadita de bicarbonato, ½ de sal y 1 taza de zumo de limón.
Consejo extra:
Podemos servir los líquidos en 1 botella de cantidad conocida, por ejemplo, una botella de 1L e ir tomando durante el día y recargar cuantas veces sea necesario, según la necesidad por edad, exposición al calor y actividad física. De esta forma, llevaremos el control de cuánto hemos bebido en el día, evitando que se nos pase por alto hidratarnos con las cantidades recomendadas. Además podemos tomar a modo de media mañana o merienda frutas con alto contenido en agua como la sandía y el melón, que además de contribuir a nuestra hidratación aportan vitaminas y muy pocas calorías, ayudándonos a tener un estilo de vida saludable.