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Consejos contra la adicción a la comida basura

Consejos contra la adicción a la comida basura

Nuestra predilección por los platos grasos y azucarados tiene un origen genético. Nuestros antepasados cazadores podían pasarse largos períodos sin conseguir comida y necesitaban contar con reservas de grasa en su cuerpo para poder sobrevivir durante este tiempo. Los alimentos ricos en grasas y azúcares simples (los que actualmente llamamos “comida basura”) son los más adecuados para crear reservas de grasas rápidamente, así que su cerebro desarrolló un mecanismo para generar placer cada vez que comían este tipo de alimentos para así animarles a elegir estos en lugar de otros. 

Nuestro cerebro ha heredado este mecanismo a pesar de que las condiciones en las que vivimos actualmente no son las mismas que las de nuestros ancestros. Ya no pasamos por largos periodos de hambruna ni necesitamos cazar para comer, es decir, nuestra actividad física es mucho menor mientras que nuestro acceso a la comida es mucho mayor. Así que podemos decir que esta herencia biológica se ha puesto en nuestra contra y, en lugar de ayudarnos, tenemos que luchar contra ella para mantenernos sanos.

Pero, ¿es ese chute de placer que recibe nuestro cerebro al saborear la comida basura tan fuerte que crea adicción? ¿Puede la comida actuar como una droga y crear adicción?

De manera general, se considera que una sustancia provoca adicción cuando la necesidad de consumirla interfiere con el normal desarrollo de la vida de una persona y cuando, al no poder satisfacer esta necesidad, se produce síndrome de abstinencia (dolor y malestar físico que no cesa hasta que se consume la sustancia). El caso es que sí, en concreto el azúcar tiene la capacidad de darnos un “subidón” de placer activando unas conexiones neuronales similares a las que producen las drogas para, seguidamente, bajar nuestro ánimo en picado cuando dejamos de tomarlo (es el pico de insulina del que ya te hablamos en el artículo referente a los alimentos que te suben el ánimo). Y el azúcar no solo está presente en los dulces, también en las hamburguesas, embutidos y demás alimentos procesados que tanto te gustan.

Pero que el azúcar tenga esta capacidad no significa que por tomarlo a veces vayamos a depender de él constantemente. El problema surge cuando asociamos nuestras emociones con la comida y recurrimos a ella y a ese placer instantáneo cuando sentimos estrés, tristeza o ansiedad, entrando en un bucle nada saludable. Si este es tu caso, ¡no te desanimes! Que tu adicción a la comida basura tenga una base biológica no significa que no puedas evitarla. Existen pautas que te ayudarán a romper con este círculo vicioso y tomar las riendas de tu alimentación. ¡Tú puedes con ello!

  1. Busca el sustituto a la comida basura que más te tienta y tenlo siempre a mano. 

Haz dos columnas en una hoja de papel. En una escribe una lista de todos tus antojos irracionales, esos platos o restaurantes que sabes que son malísimos para tu salud pero en los que vuelves a caer una y otra vez. A su lado, escribe una alternativa a cada uno de esos antojos pero que sea saludable y que también te guste aunque un poquito menos. Por ejemplo, si te encantan los helados anota en la otra columna “yogur griego helado con trozos de fresa y nueces”, ¿a qué también suena apetitoso? Pues ahora apunta los ingredientes en tu lista de la compra y asegúrate de que no falten en tu nevera.

  1. Planifica tus comidas y compra sólo los ingredientes necesarios.

Ya sabes que ojos que no ven, corazón que no siente. Este hábito, aunque te suponga un poco más de esfuerzo, te ayudará a no tener a mano aquellos alimentos que no te convienen. Si tienes familia, anímales,...también va a ser bueno para ellos, comer de manera saludable con alternativas apetecibles.

  1. Consume los alimentos de la forma más natural posible.

Tenlo claro, cuanto más procesado sea un alimento, más grasas malas y azúcares simples va a contener. Intenta hacer la mayor parte de la compra en la frutería, la pescadería y la carnicería y aléjate de los pasillos de comida preparada del súper.

  1. Toma ansiolíticos naturales.

Este círculo vicioso del que te hablábamos también funciona en positivo: comer saludable te hará sentir mejor contigo misma y cuanto mejor te encuentres menos ganas tendrás de tomar comida basura. Así que cuida de tu salud mental, huye del estrés y descansa adecuadamente. Si necesitas una ayuda extra, hay productos naturales que pueden echarte una mano.

  1. Haz deporte de manera regular.

El deporte también es capaz de liberar hormonas de placer, las endorfinas, pero a diferencia de la comida basura o las drogas, sus efectos son muy beneficiosos para nuestra salud. ¡Engánchate al deporte.


Recuerda que la adicción a la comida es uno de los problemas más comunes a los que se enfrenta un dietista. Acude a tu experto en nutrición para que te guíe hacia el camino de la vida saludable.