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Mandarinas y clementinas: 5 diferencias principales

Mandarinas y clementinas: 5 diferencias principales

Existe mucha confusión entre qué es una mandarina y qué es una clementina, tanto que en algunas partes del mundo, como en Alemania, tienen el mismo nombre y en otras, como en España, las diferenciamos pensando que son dos frutas diferentes.

Lo cierto es que la mandarina es el nombre general que recibe el fruto de las diferentes especies que existen de mandarinos, mientras que la clementina es una variedad concreta de mandarina. Entre las diferentes especies de mandarinos están la Citrus reticulata (que produce la variedad de mandarina clementina), la Citrus unshiu (que produce la mandarina japonesa), la Citrus × reshni (mandarina Cleopatra), y los híbridos de todas estas, como la Citrus tangerina (mandarina tangerina).

En España usamos el nombre de mandarina para todas aquellas variedades que no son clementinas, cuando en realidad las clementinas ¡también son mandarinas! Echemos un vistazo a la historia para entenderlo. El cultivo de mandarinas surgió en China en el siglo XII a.C. y pronto se extendió al resto del sudeste asiático. Su nombre procede precisamente del color de los trajes que utilizaban los mandarines, que eran los gobernantes de la antigua China.

En Europa se introdujo en el siglo XIX y, a finales de este mismo siglo, el padre Clément Rodier hibridó por accidente uno de estos mandarinos con un naranjo amargo en el jardín de su orfanato en Misserghin (Argelia). El fruto de esta hibridación es la variedad de mandarina que hoy conocemos como clementina. España es el segundo productor mundial de clementinas, solo por detrás de China, concentrando la mayor parte de su producción en la Comunidad Valenciana.

Cómo diferenciar a las clementinas de las mandarinas

Si lo que queremos es diferenciar la variedad autóctona de clementina con otros tipos de mandarinas tenemos que fijarnos en estas cinco características:

Tamaño

Las clementinas suelen tener un tamaño un poco más pequeño que el resto de mandarinas, por lo que es fácil distinguirlas en la frutería de un solo vistazo.

Piel: las clementinas tienen la piel más rugosa y más fácil de pelar que el resto de mandarinas, que suelen tener la piel más pegada a la carne.

Semillas

Al ser un cultivo híbrido, las clementinas no tienen semillas, lo que las hace más agradables para comer.

Sabor

También debido a esta hibridación, las clementinas son más dulces que el resto de mandarinas, porque recogen características organolépticas de las naranjas.

Temporada

La mejor época para comprar y consumir clementinas es a principios de invierno, mientras que la temporada de mandarinas es el otoño. De hecho, la temporada de las clementinas dura mucho menos tiempo que la de las mandarinas, ¡así que aprovéchala!

Si tenemos en cuenta el valor nutricional de las distintas variedades de mandarina, no encontraremos grandes diferencias. Como todos los cítricos, son muy ricas en vitamina C y, por lo tanto, tienen propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias. También contienen gran cantidad de fibra, calcio y vitamina B, un bajo índice glucémico y pocas calorías. Su consumo está indicado para ayudar a prevenir la diabetes, reducir el colesterol, la tensión, reducir los efectos de los radicales libres sobre el envejecimiento celular y apoyar la pérdida de peso.

Por buscar algunas diferencias, las clementinas son algo más ligeras que el resto de mandarinas (47 calorías por cada 100 gramos de clementinas frente a 53 calorías por la misma cantidad de mandarinas), con menor cantidad de grasas y azúcares, y contienen un poco más de potasio (un mineral esencial para los músculos y el sistema nervioso).

Ya sean clementinas o mandarinas, estas frutas son alimentos muy saludables, un postre delicioso que en esta época podemos disfrutar en su máximo esplendor, ¡no te lo pierdas!