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¿Cuándo y por qué empiezan los antojos en el embarazo?

¿Cuándo y por qué empiezan los antojos en el embarazo?

Los antojos, esa imperiosa necesidad de comer un alimento concreto, no surgen de un capricho de embarazada, son reales. Una de cada cuatro mujeres los experimentan en diferentes fases de la gestación. De hecho, este y la aversión a ciertos sabores y olores pueden ser los primeros síntomas que te avisen del embarazo y ambos están muy relacionados entre sí.

¿Por qué tienes antojos?

Hay varias teorías que explican la aparición de este fenómeno aunque no se sabe a ciencia cierta cuál de ellas es la correcta. Según algunos expertos, la revolución hormonal que sufre tu cuerpo durante la gestación puede alterar tu sensibilidad al gusto y al olfato. Las áreas del cerebro implicadas en la regulación de estos dos sentidos, el quinto lóbulo, están muy cerca de aquellas relacionadas con las terminaciones nerviosas del útero. Durante el embarazo, y también en la menstruación, estas terminaciones envían impulsos nerviosos a esa parte del cerebro, activándola, y es posible que, por cercanía, activen a su vez la región del gusto y el olfato provocando esa peculiar necesidad de sentir un sabor y un olor que son los antojos, que no tiene nada que ver con el hambre. 

Otra teoría relaciona los antojos con la creciente demanda energética que genera el desarrollo del feto y que produce cambios en tus necesidades nutricionales. Aunque no hay estudios concluyentes al respecto, se especula que la deficiencia de determinados nutrientes en la embarazada podría provocar la necesidad de consumir alimentos concretos que contienen estos nutrientes para así compensar la carencia. Así, por ejemplo, la falta de vitamina C provocaría un antojo de frutas ácidas, la falta de vitamina B, un antojo de chocolate o la falta de glucosa, un antojo de dulce. Esto explicaría los antojos que experimentan las embarazadas durante la noche y que les hacen despertarse: en estos momentos su nivel de glucosa es bajo porque hace horas que dejaron de comer, mientras que el bebé sigue reclamando energía.

Los mitos relacionados con los antojos

La sabiduría popular está de parte de la madre en lo que a antojos se refiere y hay todo tipo de leyendas al respecto cuyo fin último es satisfacer las necesidades de la embarazada. Pero lo cierto es que los antojos no satisfechos no provocan la aparición de angiomas, o manchas en la piel, de tu futuro bebé, así que no debes preocuparte por ellos.

En algunas culturas también se cree que puedes conocer el género de tu bebé según el tipo de antojos que experimentas (dulce para el caso de las niñas y ácido o salado para el caso de los niños), lo cual tampoco es correcto.

Los antojos son un síntoma muy natural del embarazo que no refleja ningún problema de salud y de los que, lamentamos decirte, tampoco obtendrás más información sobre tu bebé.

Dale la vuelta a tus antojos, ¡conviértelos en sanos!

Por desgracia, tus antojos no entienden de nutrición y es muy común que los alimentos que te apetezcan no sean nada recomendables para tu salud y la de tu hijo.

Para evitar que los antojos ataquen con fuerza, lo más recomendable es mantener una alimentación sana y equilibrada, que asegure que tu cuerpo reciba toda la demanda de nutrientes que necesita. No se trata de “comer por dos” como se suele decir sino de “nutrirse” por dos. 

También ayuda hacer algo de ejercicio, ya que esto elevará tus niveles de endorfinas que calmarán tu ansiedad.

Aún así, si los antojos aparecen en forma de dulces procesados o hamburguesas grasientas puedes intentar cambiarlos por alimentos más saludables. Si te asalta un antojo de helado, procura tener en el congelador yogur griego. La textura y el sabor se te harán similares pero su composición nutricional es mucho mejor. Si el cuerpo te pide chocolate, coge una tableta de chocolate negro en lugar de un bollo industrial. Si lo que sueles querer es alimentos dulces en general, ten siempre a mano tus frutas preferidas. Busca la alternativa saludable que más te guste y procura que no falte nunca en tu despensa para que no te pille desprevenida cuando te llegue el ansia.

Y, por último, tanto si consigues hacerlos sanos como si alguna vez “pecas”, te aconsejamos que disfrutes plenamente de esa sensación de absoluta felicidad que proporciona satisfacer un antojo, ¡ese nivel de placer solo lo experimentan las embarazadas!