¿Qué vitaminas tiene el limón?
El limón es un popular condimento para nuestras comidas, especialmente las veraniegas, pero no solemos tener en cuenta sus propiedades nutritivas, las cuales son muchas y van más allá de su alto contenido en vitamina C.
Aunque nos cuesta identificarlo como tal debido a su sabor ácido, el limón es una fruta procedente de un árbol de hoja perenne, el limonero. Debemos la llegada de esta fruta cítrica y fragante a los pueblos árabes, que la trajeron a España y Sicilia en el siglo XIII, durante la Conquista. En el Renacimiento, la familia Medici los cultivaba en sus jardines a modo decorativo y durante el periodo barroco aparecieron en bodegones y recetas de postres y caza o para dar sabor al vino. En esta época se les llamaba “manzanas doradas”, en referencia al Jardín de las Hespérides, símbolo de inmortalidad. En el siglo XVII, antes de que hubiese constancia de la existencia de las vitaminas y sus funciones, el médico de un barco escocés, James Lind, se dio cuenta de que si daba zumo de limón a su tripulación podía curar el escorbuto, una enfermedad que se produce por deficiencia de vitamina C. A partir de ese momento, nunca faltaron limones en los barcos europeos.
La mayor particularidad del limón es que, a pesar de ser una fruta muy baja en calorías (22 calorías por cada 100 gramos) debido a su casi 90% de contenido en agua, cuenta con una gran cantidad de nutrientes y componentes funcionales que tienen efectos muy beneficiosos sobre nuestra salud.
La vitamina C del limón
El limón puede ayudarnos a cumplir con nuestras necesidades diarias de vitamina C con mucha facilidad. Así, por cada 100 ml de zumo de limón que tomemos, estaremos consumiendo 53 mg de vitamina C, un 62% de lo que necesitamos cada día.
La vitamina C cumple con diversas funciones: cuida el buen estado de de nuestros vasos sanguíneos, fortalece el sistema óseo y protege y repara la piel. Esto es debido a que esta vitamina promueve la síntesis de colágeno, la proteína que forma los tejidos de la piel, los huesos y las articulaciones.
Otra función de la vitamina C es la de favorecer la absorción del hierro que proviene de vegetales, algo muy interesante para quienes siguen una dieta vegetariana. Las legumbres, los vegetales de hoja verde y los frutos secos tienen una gran cantidad de hierro, pero este tipo de hierro (al que se le llama “no hemo” porque no proviene de la sangre) a nuestro organismo le cuesta mucho absorberlo. Sin embargo, si acompañas estos alimentos con otros ricos en vitamina C como el limón, tu cuerpo será capaz de sacar todo el provecho de estas fuentes de hierro. Puede ser tan fácil como acompañar tus comidas con una limonada casera, aderezar tus ensaladas con un buen chorro de limón o añadirles otras frutas ricas en esta vitamina como las fresas o las naranjas.
Por último, la vitamina C también contribuye al fortalecimiento del sistema inmunitario ya que estimula la producción de glóbulos blancos y, con ello, las defensas de nuestro organismo. Por eso, es muy recomendable consumirlo si sufrimos anemia o si estamos recuperándonos de alguna enfermedad.
Otros componentes beneficios del limón
El limón también aporta interesantes cantidades de vitamina A y minerales como el potasio, el selenio, el fósforo y el magnesio.
Contiene un tipo de fibra, la pectina, que estimula las secreciones gástricas, lo que protege al estómago de la acidez y las infecciones. También tiene un efecto antidiarreico y alivia el mareo y los vómitos.
Otras de sus características saludables es que tiene entre sus componentes potentes antioxidantes, como son la vitamina C pero también los flavonoides. Estos protegen a las células frente a la oxidación, es decir, el envejecimiento, lo que resulta útil para prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y algunos tipos de cáncer.