Nueces de macadamia: 6 propiedades desconocidas
Los frutos secos son unos de los grandes damnificados de los mitos sobre nutrición. Se alerta tanto sobre su alto nivel calórico que olvidamos los enormes beneficios que tienen para nuestra salud e, incluso, para la pérdida de peso si se toman en cantidades moderadas.
Las nueces de macadamia son una variedad menos conocida de fruto seco que procede de Australia. Su escasa disponibilidad (solo se recolectan de cinco a seis veces al año) y alto precio las convierten en un producto gourmet.
A pesar de su origen australiano, fue en Hawaii donde se empezó a cultivar para comercializarse. Actualmente, se cultivan nueces de macadamia en Hawaii, California, Florida, Centroamérica, Brasil, Indonesia y África oriental.
Su aspecto es más similar al de una avellana que al de una nuez, pero su sabor suave y amaderado nos saca de dudas. Es de los frutos secos más untuosos al paladar porque es el que contiene mayor cantidad de grasas, del 75 al 85% de su peso total.
Estas grasas, lejos de ser perjudiciales para la salud, son las responsables de la mayoría de sus propiedades nutricionales. Entre ellas se encuentran las grasas Omega 3, muy beneficiosas para nuestra salud cardiovascular, ya que se encargan de reducir los niveles de triglicéridos y de colesterol malo (o LDL). El Omega 3 regula también los niveles de otros ácidos grasos interesantes para nuestra salud, como el Omega 6 y el Omega 9.
Por otro lado, las nueces de macadamia son muy ricas en fibra y minerales esenciales como el fósforo (hay 195 mg de fósforo en cada 100 g de nueces) y de calcio (108 mg por cada 100 g). También contienen vitaminas C y E (especialmente niacina y tiamina) y son ricas en antioxidantes. Su contenido en manganeso también es muy importante, ya que con solo un puñado de nueces de macadamia habremos consumido más de la mitad de cantidad diaria recomendada de este nutriente.
Otro aspecto interesante de su perfil nutricional es que tienen un alto contenido en proteínas (entre un 8 y un 10% de su peso), lo que las convierte en una alternativa muy saludable a la carne y el pescado para vegetarianos y veganos.
Beneficios de las nueces de macadamia
Fortalecen los huesos y, especialmente, los dientes.
Su alto contenido en calcio, el principal componente de los huesos, las convierten en alimentos muy beneficiosos para la salud de nuestro sistema óseo. Por otra parte, el fósforo que contienen protege nuestra salud bucodental y las hacen muy recomendable también para los niños.
Reducen la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Los ácidos grasos saludables de los que hablamos anteriormente son los responsables de esta cualidad cardioprotectora.
Hidratan y aportan elasticidad a nuestra piel.
La industria cosmética utiliza las nueces de macadamia ampliamente, ya que con los aceites que extraen en frío de ellas se elaboran cremas y lociones emolientes y protectoras para la piel del rostro y del cuerpo. Regulan el tránsito intestinal y evitan el estreñimiento. Su alto contenido en fibra ayuda al correcto funcionamiento del sistema digestivo, facilitando las digestiones y evitando el estreñimiento.
Regula el índice glucémico y protege frente a la diabetes.
La fibra estabiliza los niveles de azúcar en sangre y permite una asimilación más lenta de la glucosa. Por su parte, las grasas monoinsaturadas estimulan el metabolismo reduciendo, también, el nivel de azúcar en sangre.
Protege la salud de nuestro cerebro.
Los antioxidantes que nos aportan nos protegen frente a enfermedades relacionadas con el envejecimiento celular, como el Alzheimer y el Parkinson. Además, las grasas monoinsaturadas estimulan las funciones cognitivas. Recuerda siempre que, para sacar el máximo provecho nutricional de los frutos secos, debemos consumirlos al natural o tostados. ¡Los aperitivos salados y fritos no son saludables!