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5 beneficios de la sauna para tu salud corporal

5 beneficios de la sauna para tu salud corporal

En Finlandia ya lo saben desde hace mucho. Por eso, el país de donde es originario este ritual de bienestar, tiene 2 millones de saunas para poco más de 5 millones de habitantes. La sala menos popular de spas y centros de wellness es probablemente una de las que más beneficios tiene para tu salud y no solo en lo que a relajación se refiere.

Te descubrimos a continuación cinco asombrosos beneficios de la sauna que estamos seguros que no conocías y la mejor forma de aprovecharlos para tu salud corporal. 

  1. Acelera tu metabolismo y trabaja sobre la celulitis

Empecemos con la gran duda que todos nos estamos planteando: ¿nos servirá la sauna para adelgazar? Lamentamos decirte que no es su principal beneficio aunque sí que contribuye en cierta medida. Como sabes, las altas temperaturas de las saunas favorecen la sudoración y con ella un efecto diurético natural. En una sola sesión podemos llegar a perder... ¡entre medio y dos kilos de líquidos! Esto puede resultar muy atractivo para los que tienden a su retención, pero lo cierto es que la muy necesaria rehidratación que tendremos que hacer después de nuestra sesión hará que recuperemos la mayor parte del volumen perdido en un par de horas. Sin embargo, la transpiración sí que resulta efectiva para reducir la celulitis y los tejidos adiposos. Además, las altas temperaturas contribuyen a acelerar el metabolismo y a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que incentiva el procesamiento de la grasa corporal y la pérdida de peso.

Es muy importante dejar pasar entre 2 y 4 horas entre tu última comida y la sesión de sauna, pero tampoco debe hacerse en ayunas ya que es conveniente que la sangre tenga contenido de glucosa.

  1. Limpia y regenera tu piel

Esa sensación purificadora que sientes en todo tu cuerpo al salir de la sauna no es en absoluto casual. Cuando estás en ella, tus poros se abren favoreciendo la expulsión de toxinas y limpiando la epidermis. Además, la estimulación sanguínea activa la regeneración celular y estimula la capacidad de absorción de humedad de la piel, por lo que notarás una piel más bonita y un efecto ‘buena cara’ inmediato. 

Ten en cuenta que, para este fin, es mucho más recomendable la sauna seca o finlandesa porque, al contrario de lo que puedas imaginar, la humedad disminuye la sudoración. Te recomendamos también entrar en la sauna tras una ducha de agua caliente y jabón que elimine la suciedad superficial y deje la piel lista para la dilatación del poro. Algunos expertos consideran que es importante secar bien la piel para evitar que la humedad retenga el sudor y no se realice una correcta expulsión de las impurezas. 

  1. Mejora tu rendimiento físico

Los deportistas de élite son unos habituales de las saunas y hay un por qué. El calor corporal aumenta el ritmo cardiaco hasta las 120 pulsaciones por minuto, algo similar a lo que produce un ejercicio moderado. Esta subida beneficia el rendimiento aeróbico, es decir, aumenta nuestra resistencia y nos ayuda a que nos cansemos menos.

Para evitar un aumento del ritmo cardíaco demasiado elevado, es importante llegar a la sauna descansados, por lo que si estás en el gimnasio haz una pausa de al menos 20 minutos después del ejercicio y antes de entrar en la sauna. En los bancos inferiores la tempera

  1. Cuida de tu sistema respiratorio y protege contra los resfriados e infecciones leves

Un dato curioso: antes de que existieran los antibióticos, en los países nórdicos, las mujeres daban a luz en las saunas. Y no estaban equivocados porque el ambiente de estos espacios está naturalmente esterilizado. El calor destruye bacterias y patógenos, no solo del entorno sino también de nuestro cuerpo. Por eso, una buena sesión de sauna puede curarnos un resfriado o infección leve y reforzar nuestro sistema inmunológico.

Si, además, combinamos la sauna con el uso de aceites esenciales expectorantes como el eucalipto, actuaremos sobre nuestro sistema respiratorio despejando  bronquios y pulmones. Esto es especialmente recomendable para aquellos que sufren de rinitis o de asma. Con una frecuencia habitual (al menos 3 veces a la semana)  verán reducidos sus síntomas considerablemente.

Ten cuidado con los cambios de temperatura bruscos al salir de la sauna, ya que un enfriamiento súbito puede acarrear un resfriado en lugar de prevenirlo. Si tu sauna no cuenta con un ambiente de transición en el que tomar el fresco antes de salir, te recomendamos que te refresques con una ducha fría al acabar la sesión.



  1. Reduce el dolor de músculos y articulaciones

La dilatación de los vasos sanguíneos de la que te hablamos antes tiene otro increíble efecto en nuestro cuerpo: relaja los músculos aumentando su flexibilidad y reduciendo la rigidez de las articulaciones. Esto significa que, las personas que sufren de dolores crónicos como los asociados al reumatismo o a la fibromialgia, experimentarán un gran alivio. Y no solo eso, se ha demostrado que la relajación que experimentamos en la sauna libera endorfinas, o lo que es lo mismo, las hormonas del placer. 

En resumen, un par de sesiones de sauna a la semana y saldremos más bellos, fuertes y felices. Merece la pena probarlo, ¿no os parece?