7 beneficios del kéfir
El kéfir es un producto lácteo parecido al yogur, pero más ácido y líquido, que contiene gran cantidad de probióticos. Su origen se remonta a hace miles de años, cuando los campesinos del norte de las montañas del Cáucaso se dieron cuenta de que, al dejar fermentar la leche en odres hechas de piel de cabra, esta se convertía en una bebida distinta.
La fermentación del kéfir se produce a través de un conjunto de levaduras y bacterias probióticas (lactobacilus) con forma de gránulos blancos de textura gelatinosa. Estos gránulos, a los que también se les llama kéfir, se dejan reposar en la leche a temperatura ambiente durante 24 horas. En este tiempo la lactosa de la leche se descompone en ácido láctico (de ahí el sabor ácido), dióxido de carbono (el kéfir bueno es un poco carbonatado) y alcohol (pero muy poca cantidad, entre un 1% y un 3%). De esta manera, a los nutrientes propios de la leche, como el calcio, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B y vitamina K, se le añaden proteínas de fácil digestión y microorganismos probióticos, muchos más que en el yogur.
Hay otro tipo de kéfir que no se elabora con leche sino con agua. En este caso, al no haber lactosa, hay que añadir azúcar al agua para producir la fermentación. El producto resultante es una especie de agua con gas sin los nutrientes de la leche pero con un alto contenido de probióticos, beneficiosos para nuestro sistema inmunitario y digestivo.
Propiedades del kéfir
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Facilita la digestión y mejora los problemas digestivos
Los gránulos de kéfir contienen más de 400 millones de microorganismos por cada gramo. Estos microorganismos son en su mayoría bacterias lactobacilus que regeneran nuestra flora intestinal y protegen al sistema digestivo. Además, según la cantidad de tiempo que dejemos actuar los gránulos en la o el agua, conseguiremos un kéfir con efecto laxante que ayude contra el estreñimiento (menos de 24 horas) o un kéfir astringente que corte la diarrea (más de 24 horas).
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Es efectivo contra la candidiasis
Si alguna vez has sufrido de hongos vaginales, sabrás lo difícil que es deshacerse de ellos y en tu batalla contra ellos seguro habrás llegado hasta los carísimos probióticos que te venden en la farmacia. Efectivamente, un tratamiento con probióticos es de lo más efectivo para cortar el ciclo de infecciones que suele acarrear la candidiasis pero, si no quieres dejarte el sueldo, puedes fabricar tú misma los probióticos haciendo kéfir casero. Un vaso de kéfir al día durante un mes y adiós a los incómodos hongos.
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Tiene acción antimicrobiana
La matriz del kéfir está envuelta en un polisacárido llamado kefiran, que se ha demostrado eficaz como cicatrizante y contra el ataque de agentes patógenos.
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Combate algunos tipos de cáncer
El kefiran también se ha testado en laboratorio sobre células cancerígenas y se ha comprobado que tiene un efecto antitumoral.
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Mejora las defensas
Al mejorar la flora intestinal, también se fortalece el sistema inmunitario, haciéndonos más resistentes frente a las infecciones.
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Ayuda a adelgazar
El kéfir mejora el tránsito intestinal y, por lo tanto, la eliminación de grasas, con lo que es buen postre para las personas que quieran perder peso.
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Hace más digerible la leche
La fermentación a la que se somete la leche para convertirse en kéfir descompone gran parte de su lactosa, que es el azúcar que produce alergia o intolerancia a algunas personas. De esta forma, las personas con problemas para digerir la leche normal encontrarán en el kéfir una alternativa que pueden consumir con moderación.
Los gránulos para la elaboración del kéfir pueden encontrarse en herbolarios y van creciendo a medida que se van usando, por lo que con una vez que los compres podrás tener para siempre si los vas cuidando. El kéfir casero es fácil de preparar y tiene un contenido nutricional muchísimo más alto que el industrial. ¿Te animas a probarlo?